Mi abuela materna, a la que le llamo Coco Mamá, murió en el año 2023, la última vez que la vi fue a principio del 2022, y pude despedirme de ella. En su altar le pusimos muchas golosinas que le gustaban: lecturas que hizo, aficiones que tenía, y forma de vivir, dentro de su religión y fe, sobre todo en san Judas Tadeo.
Una de las frases más poderosas que decía fue: "Las palabras no se recogen", la intento recordar siempre.
Gracias por tanto cariño y cuidados.
El año pasado le hicimos un altar a nuestro querido Pancho. Murió a nuestro lado, el día que terminaba la primavera de 2024. Lo echamos mucho de menos, y lo recordamos en tantos momentos y lugares. Le pusimos todo lo que le gustaba hacer y comer en su altar.
Quisimos poner la onomatopeya de un sonido que hacía, y que nunca habíamos escuchado, es como una especie de zumbido que hacen lxs conejxs cuando están felices.
Fue un gran compañero y nos enseñó muchas cosas. Gracias por todo Panchito.
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Después añadieron los elementos como la foto, el decorado y las ofrendas a sus muertos y muertas. Hubo experiencias muy lindas, con altares dedicados a familiares, a compañeros/as animales o amigas, que murieron siendo niñas.
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Meche
sabe guardar, ella es un cofre, un delicado jarrón, un precioso plato
de barro, un tendedero en la azotea, una bolsa de pan de La Flor.
Lo que guarda después lo da, seguro lo da, porque ese es su ciclo.
Sabe escuchar porque sabe guardar.
Los
pájaros lo saben, las mariposas, las lombrices, el tallo de las
plantas, las hojas y las flores, todas van a su balcón a contarle
historias.
Meche es meteoróloga de historias.
Conoce el momento justo de darte aquella foto, aquel recorte, ese pedacito, que al verlo te llueve la vida entera.
Meche sabe guardar, por eso pidió una caja de madera de su tamaño,
solo la madera sabe guardar tan bien como ella…
